Instantes de Oti Raskovsky
 

... Cuando siento necesidad de expresar sin palabras algo muy personal, puedo crear con las manos. Y nunca sé con anterioridad qué voy a decir con ellas; pero sí sé que es mi lenguaje silencioso, que es también comunicación o, por lo menos, una búsqueda de integración de estados anímicos íntimos y de su representación . Es un elemental y no elaborado uso de la arcilla, sintiendo su contenido en los dedos que se hunden, o al deslizar las manos sobre la materia fría o tibia, lisa o rugosa. Es la aspereza o el pulido suave; la luz con la sombra que realza o que oculta; el movimiento que envuelve, que encierra, que sugiere; un adentro que se guarda o que se expande en líneas insinuadas o quebradas.

En esos momentos tengo la sensación mágica de lo creado. Si en mis esculturas no hay técnica definida, en cambio se repiten - en toda la variación de estilos - las mismas espirales envolventes. Y creo que en ello reside la esencia expresiva de un proceso detenido por la forma esculpida o modelada, pero que tiene el movimiento armónico de la vida.

Lo modelado está, de alguna manera, en conexión con procesos íntimos.

Las viejas imágenes - fantasías primordiales - se abren camino desde el inconsciente para dar la forma esculpida. Responden a momentos de crecimiento, a aspectos de un mundo interior que refleja modalidades de ciertos instantes, como expresión de un proceso y un reencuentro. Es un reconocimiento de estados emocionales a través del tiempo: Ahí estoy yo, en ese momento, así y con esa forma y no de otra manera. Así me muestro sin verme y asi me descubro.

Carlota Raskovsky